Los embalses del Canal de Isabel II

El abastecimiento de Madrid con las exquisitas aguas del Lozoya ha ido escalonando embalses a lo largo de los 70 kilómetros del río, durante más de un siglo. La ruta recorre este interesante conjunto de presas admirando la diversidad de sus diseños y los parajes que las enmarcan.

1º. Patones (El Pontón de la Oliva):

Sobrepasando esta localidad, se llega al Pontón, la más antigua de las presas del Canal, concluida en 1885. Se tratra de una presa de vertedero de 72 metros de largo y 27 de altura para retener tres millones de metros cúbicos de agua. Las filtraciones anularon la utilidad del proyecto, pero la presa se puede ver desde un puentecillo al pie de la misma.

2º. El Atazar (El Atazar):

La carretera que bordea el inhóspito Cacho de la Cabeza para llegar  a la gran presa de El Atazar se retuerce en un continuo ascenso, alternando los paisajes pelados con las superficies replobadas, de modo que al llegar al poblado y subir a su mirador cubierto se contempla un maravilloso panorama: por un lado, el pequeño cauce del Lozoya entre tierras de labor y matorrales, y por otro la poderosa presa. La visita se completa con la base de la presa, un muro de 484 metros de longitud y 128 de altura que puede contener más de 425 millones de metros cúbicos de agua.

3º. Manjirón (El Villar):

Antes de llegar a Manjirón se llega a lo que fue desplobado de El Villar donde se remansan las aguas del embalse más pequeño y antiguo (1879) de los actualmente en servicio. La presa construida en una estrecha y profunda garganta pertenece al tipo de las llamadas de gravedad. Tras el coronamiento, se sitúa el mirador con excelente panorama del embalse y del río.

4º. Paredes de Buitrago (Puentes Viejas):

Antes de acceder a esta localidad encontraremos otro aprovechamiento del cañón del Lozoya para embalsar aguas con otra presa de graveda que funciona desde 1936.

5º. Buitrago (Riosequillo):

En la A-1 (kilómetro 75 dirección a Madrid) se toma el desvío que conduce a las instalaciones recreativas y a la presa de má de un kilómetro de longitud. Esta presa ofrece la perspectiva de una extensa lámina de agua y su horizonte de montaña, por un lado, y el llamativo constrate habitual entre el embalse y el río que la alimenta.

Foto vía Escapada Rural

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