La costumbre de celebrar la Nochevieja comiendo las doce uvas al compás del famoso reloj de la Puerta del Sol arrancó en 1882. Llegó con motivo de una tasa municipal puesta en marcha por parte del alcalde de Madrid a quienes celebrasen la llegada de los Reyes Magos.
Pues bien, esta tradición madrileña tendrá una serie de restricciones en este año. Así, el acceso a la Puerta del Sol tanto en la Nochevieja como en el ensayo de las uvas del 30 de diciembre estará controlado por primera ocasión por conteo manual o mecánico y se fijará un aforo máximo. La cifra se concretará en los próximos días, pero en cualquier caso será inferior a 71.100 personas, que es la capacidad de evacuación de la zona hoy en día.