Este municipio madrileño de la cuenca del Lozoya está formado por tres localidades diferenciadas: Lozoyuela, Las Navas de Buitrago y Sieteiglesias. No obstante, se suele conocer sólo como Lozoyuela.
Se encuentra a unos 65 kilómetros de Madrid y supera los 1.000 habitantes. Es un localidad con un inconfundible sello rural y espléndidos parajes.
Lozoyuela fue fundada por unos vecinos de Lozoya que se negaban a pagar impuestos en su localidad según narra la leyenda. Sieteiglesias se relaciona con los templos, seis ermitas y una iglesia, que parece que tuvo. Y Las Navas de Buitrago delata su pertinencia al señorío de Buitrago.
La iglesia de San Pedro de Sieteiglesias tiene un emplazamiento impresionante, sobre un enorme peñasco redondeado. Fue erigida en el siglo XVII. Sobresalen su amplio pórtico sustentado en dos columnas y su espadaña altiva con sus dos ojos para las campanas.
Además, junto a esta iglesia hay que visitar las tumbas antropomorfas de Sieteiglesias. Allí están horadados en la roca vica, los huecos que sirvieron de enterramiento alrededor del siglo XI a más de medio centenar de vecinos de la localidad.
Lozoyuela combina el urbanismo contemporáneo de la plaza principal con la solidez antigua de la ermita de la Virgen de la Soledad, obra del siglo XVII. Más allá, viviendas recientes se mezclan con casas tradicionales que tienen el establo incorporado. En un extremo de la población, la iglesia de San Nicolás de Bari, barroca del siglo XVII, está precedida de un agradable jardincillo en torno a una pila bautismal de la Edad Media.
Las Navas de Buitrago es un caserío reducido dominado por un amplio escenario de dehesa y montañas al fondo. Sobresale la parroquia de Santa Cruz con su españada de mampostería y ladrillo por encima de los tejados.
Por último, Lozoyuela es punto de partida de varias rutas excursionistas por la sierra madrileña. Un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Foto vía Pueblos del Mundo