El Museo Cerralbo ha puesto en marcha «La mujer Ochoa», una notable exposición que repasa las musas del prestigioso pintor e ilustrador Enrique Ochoa, quien descubrió en las chicas de Montparnasse el paradigma de una mujer moderna, que vestía pantalones y desafíaba las convenciones en la década de 1920.
«La mujer Ochoa. Modernismo y modernidad» cuenta con 46 de los numerosos de retratos femeninos de Ochoa, uno de los más reputados ilustradores del primer cuarto del pasado siglo, que a través de óleos, acuarelas, lápices o pinturas pastel retrató a la mujer de su época. Todo ello se podrá ver en el Museo Cerralbo hasta el próximo 26 de abril.
Esta muestra sirve para celebrar el 125 aniversario del nacimiento del genial artista gaditano y aborda tanto la faceta de ilustrador de Ochoa como la de pintor «de caballete», con obras que conjungan el costumbrismo español, el exotismo heredado de sus viajes por el mundo y un acentuado modernismo importado de la capital de Francia.
En las portadas de las famosas revistas Blanco y Negro o Esfera, que se pueden ver en esta muestra, se ve una mujer rupturista, moderna y cosmopolita, con la esencia de París, donde Ochoa pintó la mayer parte a de sus trabajos, que después mandaba a España por correo postal. Era como una especie de corresponsal de moda que informaba sobre la moda parisina de los locos años 20
En el París de la década de 1920, Ochoa halló a la mujer «flapper», moderna, sensual e independiente, como se puede ver en el lienzo «Cosmopolita», el gran icono de la exposición.
Ya entre los años 30 y 40 del siglo XX, las mujeres de Ochoa lucen mantilla, si bien la sensualidad no desaparece y algunas ocultan sus pechos tras un abanico abierto de forma muy pícara y sensual.
Por último, entre las retratadas, destacan las celebridades de aquellos años como Gala Federova, la primera bailarina del ballet ruso de París; además, la mitología griega cuenta con un espacio especial con la «Metamorfosis de Dafne».