El Museo de Metro de Madrid, creado para recuperar la historia del suburbano y enseñar a todos los visitantes la importancia del transporte como motor de la economía y el cambio social en la Comunidad de Madrid , ha cumplido cuatro años. Se encuentra en la famosa estación fantasma” de Chamberí y ya ha recibido más de 170.000 visitas.
La antigua estación de Chamberí formaba parte de la primera Línea de Metro, inaugurada en 1919, y la cual presentaba ocho estaciones: Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Martínez Campos, (glorieta de Iglesia), Chamberí, Glorieta de Bilbao, Hospicio (hoy Tribunal), Red de San Luis (hoy Gran Vía) y Puerta del Sol.
A principios de la década de 1960, la Compañía Metropolitana aumentó la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar la estación de Chamberí, la cerró. El cierre definitivo de la estación, diseñada por el arquitecto Antonio Palacios con inspiración parisina, se produjo el 22 de mayo de 1966.
La estación de Chamberí, muy sencilla en cuanto a recorridos, organización y acabados, incorpora la luz natural gracias a un lucernario en el vestíbulo y en su interior un recubrimiento cerámico con juegos ornamentales.
La bóveda de la estación está recubierta de azulejo blanco biselado y sus estribos están decorados por grandes recuadros de azulejos sevillanos que limitan el contorno de los carteles anunciadores, también de cerámica, en encintado ocre y azul. Sin duda alguna, estos carteles publicitarios resultan uno de los principales atractivos de la estación, pues se conservan casi como fueron creados en la década de 1920.
La estación de Chamberí forma, junto a la Nave de Motores, el centro de interpretación de Metro, conocido también como Andén Cero, fruto de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y Metro de Madrid.
Andén Cero detalla cómo el nacimiento y consolidación del Metro significó un cambio clave no sólo en las costumbres de los habitantes de Madrid, sino también en la propia estructura social de la capital de España.
Foto vía La Comunidad Blogs El País