«Blas de Lezo, el valor de Mediohombre» es una notable exposición que se podrá ver en el Museo Naval de Madrid hasta el 13 de enero de 2014. Le llamaban ‘Mediohombre’, sin embargo en la mar y en las batallas, su figura se agigantaba.
Nacido en Pasajes de San Juan (Guipúzcoa), a los 15 años Blas de Lezo se enroló en la Marina y participó en la Guerra de Sucesión; y con 23 años, como capitán de navío, siguió luchando incluso pese a sufrir quebrantos y mutilaciones. Pero nunca se rendía y continuaba ascendiendo en el escalafón militar.
El broche de oro a su carrera lo alcanzó en Cartagena de Indias, actual Colombia, en 1741, cuando la plaza fue atacada por una grn flota inglesa al mando del almirante Vernon con el fin de invadir y conquistar los territorios españoles de Sudamérica. Este hecho tuvo lugar e
Tan seguro estaba el almirante Vernon de su victoria, que tras avistar Cartagena de Indias mandó un informe a Londres advirtiéndole de su próxima victoria. Triunfó que no llegó porque Blas de Lezo, con más tesón que medios, resistió y obligó a la flota inglesa retirarse con numerosas pérdidas en personal y en buques. Abortado el peligro invasor, Blas de Lezo falleción aquel mismo año en Cartagena de Indias debido a la peste.
Esta exposición se divide en siete apartados. En el primero se aborda la figura de Blas de Lezo con su carrera militar; luego, se informa sobre la construcción naval de la época y la creación del colegio y academia de guardiamarinas.
También se recuerda el Tratado de Utrech y sus consecuencias así como la política realizada en el Mediterráneo y en el Atlántico. Ademas, un capítulo se dedica al comercio con las Indias Occidentales, ‘el corso y el contrabando’. Cartagena de Indias, el ataque y su defensa, sobresaliendo varios audiovisuales sobre aquella batalla, la ciudad y sus defensas.
Se pueden ver 80 piezas en esta exposición. De ellas, llaman la atención las dos siguientes: el de Sebastián de Eslava que era virrey de Nueva Granada en Cartagena de Indias, del Museo de Arte Colonial de Bogotá, y otro de Blas de Lezo proveniente de la colección de la Condesa de Revilla-Gigedo.
Por último, hay que fijarse en unos documentos inéditos: un manuscrito sobre la construcción naval y el Diario autógrafo del propio Blas de Lezo.
Foto vía Intereconomía.com