Aunque sólo sea por televisión, con las tradicionales campanadas de Fin de Año, la Puerta del Sol tal vez sea uno de los lugares más visitados por todos. Es ver por primera vez la silueta del edificio del clásico reloj de las doce uvas, y a todos se nos viene a la mente esos momentos pasados en familia delante del televisor cada 31 de diciembre.
Pero, claro, la Puerta del Sol es mucho más que el lugar de celebración de Fin de Año de miles de madrileños. La Puerta del Sol se podría decir que es lugar de encuentro. Los meses que estuve viviendo en Madrid me daba cuenta que eran muchos los que quedaban en este lugar para luego salir por Madrid. Era curioso observar desde el balcón al chico o a la chica esperando, a los grupos de amigos que se congregaban poco a poco…
Lo que se deduce que esta plaza está siempre muy animada. No sólo por los que quedan en la plaza, sino por el hecho de los que cruzan por ella. Pasear por el centro histórico de Madrid supone pasar en algún momento por la Puerta del Sol. Desde aquí coge cerca calles tan señeras como Preciados, Gran Vía, o rincones como la Plaza Mayor, el Barrio de las Letras o el Paseo de la Castellana.
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