Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo… la Puerta de Alcalá. Uno de los grandes símbolos de Madrid. No creo que haya nadie que no sepa identificar este monumento de la capital de España. La célebre Puerta de Alcalá, construida en 1778 por Sabatini, con la intención de conmemorar la entrada de Carlos III en la ciudad.
Porque, como su nombre indica, y aunque hoy la veamos tan céntrica, la Puerta de Alcalá era una de las puertas de entrada al viejo Madrid, en esta ocasión por su zona este. Antes de ella había otra puerta, un poco más deteriorada, hecha de ladrillo, lo que motivó que Carlos III le pidiera a Sabatini la construcción de una nueva. Tenía el rey ganas de entrar en condiciones en su casa, ¿no?. Lo de Alcalá fue por estar colocada en dirección hacia Alcalá de Henares.
Huelga decir que la Puerta de Alcalá se compone de cinco arcos, tres de ellos de medio punto, y los dos de los extremos más pequeños y en forma de puerta. La decoración es típicamente clásica y romana, por algo sigue los cánones de los arcos de triunfo, con placas conmemorativas, guirnaldas, escudos, banderas… Quizás nos interesen más otros detalles…