En una tremenda mañana de sol os puedo asegurar que la fachada prístina del Palacio Real de Madrid es algo que no olvidaréis. Aparecerá delante de vosotros en todo su esplendor, contagiándoos de su historia, su belleza y su enormidad. Porque estamos ante uno de los palacios reales más bellos de Europa, y tenemos el privilegio de tenerlo muy cerca.
Aunque su nombre sea precisamente el de Palacio Real, y todo el mundo piense a primera vista que es la residencia del rey, no es aquí donde viven los monarcas, sino en el Palacio de la Zarzuela. Este palacio ha quedado para las típicas ceremonias de Estado y, cómo no, para las visitas turísticas. Así lo recorremos más tranquilos, ¿verdad?.
Fue Felipe V quien, tras el terrible incendio que destruyó el antiguo palacio medieval, quiso construir uno nuevo. La pena fue que las obras no se concluyeron para que él las pudiera ver en vida. Quien se aprovechó del palacio fue Carlos III, quien en 1764 fue el primer rey que vivió en la nueva residencia.