Pasear, lo que se dice pasear, no es lo que suelo hacer yo por la Cava Baja de Madrid, vaya. Se puede hacer perfectamente, claro, pero muchos de los que transitamos por esta zona de la capital a ciertas horas que el hambre aprieta estarán de acuerdo conmigo en la primera frase, ¿verdad?.
Porque esta calle tan señera del barrio de la Latina es uno de esos rincones recomendados para irnos de tapas por Madrid. Los domingos por la mañana, después de darnos la típica vueltecita por el Rastro, se antoja casi imprescindible. Así que no os vayáis tan pronto a vuestros hoteles en Madrid, que hoy comemos en la Cava Baja.
Para situarnos mejor, la Cava Baja se encuentra entre la Plaza de Puerta Cerrada y la Plaza del Humilladero. Calle histórica, por otra parte, de la que se cuentan muchas leyendas y chascarrillos. Pero, fundamentalmente, calle gastronómica ya desde el siglo XVII, cuando los mercaderes que venían de Castilla paraban por aquí en sus fondas y tabernas para reponer fuerzas, y quizás otros menesteres.