«Los Escipiones. Roma conquista Hispania» es una exposición compuesta por 200 piezas representativas de aquellos tiempos que se puede vistar hasta el próximo 4 de septiembre en el Museo Arqueológico Regional (ubicado en Alcalá de Henares).
La entrada es gratuita. Los horarios de visita son martes a sábado entre las 11.00 y las 19.00 horas y los domingos y festivos entre las 11.00 y las 15.00 horas. Los lunes cierra.
En el año 218 antes de Cristo, los primeros Escipiones llegaron a Gerona con la inteción de conquistar toda Hispania. Uno de ellos era Cneo, y el otro su hermano Publio Cornelio, tío y padre del conocido Africano, dos guerreros cuyas hazañas significan el arranque de una gran historia en la Península Ibérica.
El recorrido comienza con un acercamiento a la personalidad pública de esta poderosa familia de políticos y militares de la Roma republicana. Luego, se aborda el funcionamiento del Ejército romano y su relevancia a la hora de conformar un claro modelo de romanización de los territorios ocupados.
También se cuenta el desembarco de las tropas en el año 218 a.C. en Ampurias, que se erigió en su principal base militar y administrativa en la Península Ibérica. Se pueden ver piezas muy expresivas de Ampurias y Tarraco que ilustran las transformaciones surgidas debido a la convivencia de comunidades culturalmente tan ricas y diversas como la griega, la latina y la ibérica.
Además, se estudia la figura de Escipión el Africano, el gran conquistador de Hispania: desde la toma de la capital hispana de los cartagineses -Qart Hadasht, luego Carthago Nova (actual Cartagena)- hasta la fundación de Itálica, cerca de la ciudad fenicia Spal (Sevilla).
A continuación, el protagonismo es para Escipión Emiliano, nieto y continuador del legado de el Africano. Este Escipión llegó a la provincia de Hispania con el fin de reconducir el conflicto con los celtíberos. Así, encabezó la toma de la resistente Numancia.
Por último, la muestra termina una representación del complejo perfil ideológico y político de los Escipiones, recordando al emperador Augusto, entendido como culminación de esta saga que significó un antes y un después en la historia de Hispania.