El Barrio de Malasaña

El Barrio de Malasaña también es conocido como el barrio de Maravillas o de los Milagros, debido a una iglesia que se alzó allí en el siglo XVIII. Sus estrechas calles bajan desde Carranza y Fuencarral hasta su centro, la plaza del Dos de Mayo.

Es un barrio con historia, punto de encuentro de muchos madrileños, curioso y típico de Madrid. Tiene tanta vida diurna como nocturna. Es un barrio en continúa ebullición. Las paradas de Metro de Tribunal, Bilbao, Noviciado y San Bernardo son las más cercanas para llegar a este bohemio barrio madrileño.

El barrio lleva el nombre de Malasaña en honor a Manuela Malasaña Osorio. Esta costurera de 16 años, según la leyenda, fue detenida y fusilada por los soldados napoleónicos por llevar consigo unas tijeras. 

En 1808, los madrileños resistieron a las tropas francesas ante la puerta del cuartel de Monteléon. El arco de la plaza del Dos de Mayo es todo lo que quea de dicho cuartel y, frente al mismo se alza un monumento dedicado a los oficiales de artillería Daoiz y Velarde que defendieron el cuartel sin éxito.

En los años 40 y 50 del siglo pasado, el barrio sufrió un grave deterioro, pero los residentes se resistieron a las amenazas de demolición. En los años 80, el barrio subió muchos enteros al convertirse en el icono de la famosa «movida madrileña».

Hoy en día, sus calles albergan una interesante mezcla social. Además, las preciosas calles han sido adoquinadas y cuentan con bonitas fuentes y muchos árboles.

Asimismo, el barrio de Malasaña cuenta con numerosos puntos de interés histórico y cultural. La plaza de San Idelfonso luce una atractiva fuente central. Cerca de la neoclásica iglesia de San Idelfonso, construida en 1826, se encuentra la Vaquería, una lechería que abrió en 1911.

En la calle de la Puebla destaca la Iglesia de San Antonio de los Alemanes (siglo XVII) por su interior elíptico de frescos de Juan Carreño, Francisco Ricci y Lucas Jordán. Junto a ella, se halla la Iglesia de San Plácido (siglo XVII) con su cúpula pintada por Ricci y con sus altares decorados por Claudio Coello.

Por último, llama la atención, la Iglesia de San Martín, en la calle de San Roque, construida en 1648. La preciosa pintura sobre su altar representa a San Martín de Tours regalando la mitad de su capa a un mendigo.

Foto vía Vuelos Ahora

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